El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener los tipos de interés intactos. La institución presidida por Christine Lagarde ha optado por seguir con el precio del dinero en el 4,5% —el 4% si te tiene en cuenta la facilidad de depósito—, la cota más elevada desde 2001, según un comunicado difundido este jueves por la entidad. La autoridad monetaria decide no mover ficha tras observar que las nuevas previsiones de sus economistas señalan que la inflación descenderá “gradualmente durante el próximo año” y se acercará por fin “al objetivo del Consejo de Gobierno del 2% en 2025″. Es más, el Eurobanco espera que en 2026 el alza de precios se sitúe ya en el 1,9%. Los mercados, que apuestan por bajadas de tipos a partir de primavera de 2024, aguardan el tono que empleará a partir de las 14.45 Lagarde en su comparecencia ante los medios para dar cuentas del consejo de gobierno del BCE, que también ha dado luz verde a acelerar en la reducción de su balance.
Fráncfort ya decidió congelar los tipos de interés el pasado mes de octubre. Entonces, Lagarde anunció una pausa después de diez subidas consecutivas que encarecieron el precio del dinero del 0% al 4,5%. Sin embargo, advirtió de que los tipos estarían en un terreno restrictivo el tiempo necesario para devolver la inflación al objetivo del 2%. El Fondo Monetario Internacional (FMI), que pide a los bancos centrales mantenerse en guardia, no vislumbró bajadas hasta finales de 2024. Pero en las últimas semanas los inversores han apostado por que el BCE dará marcha atrás antes de lo previsto ante la constatación que la inflación se moderará antes de lo previsto y la zona euro volverá a flirtear con una posible recesión.
Las nuevas previsiones del BCE confirman esa tesis. El Eurobanco ha rebajado sus proyecciones de inflación para los próximos años, en especial para 2024, cuando espera que los precios suban un promedio del 2,7%, en lugar del 3,2% que pronosticaban hace tres meses. Para 2025, la inflación media se situará en el 2,1%, y en el 2026, en el 1,9%. Menos halagüeñas son las previsiones de crecimiento, que el BCE rebaja en una décima en 2023 (0,6%), en dos en 2024 (0,8%) y deja intactas en 2025 y 2026 (1,5%).
El BCE también ha decidido acelerar la reducción de su balance. Los halcones no han podido imponer sus pretensiones de acabar con las reinversiones del programa vinculado a la pandemia (PEPP) antes de tiempo, pero sí de ir reduciendo su volumen en el segundo semestre del año. Si ahora se reinvertían unos 15.000 millones mensuales, a partir de julio de 2023 esa cantidad se reducirá a la mitad, a 7.500 millones. Y a finales de 2024, según lo previsto, se pondrá fin a esas operaciones.
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